viernes, 8 de octubre de 2010

Algunas Reflexiones al Respecto

A propósito del tema es interesante ver este video (http://www.youtube.com/watch?v=iOiu448OlfM) de Jesús Martín Barbero, en el que nos habla sobre el choque entre el punto de vista económico y el punto de vista cultural de lo que debe considerarse de valor universal.  La reflexión que hace Barbero teniendo en cuenta el europeismo de la Unesco apoya bastante la teoría de Mattelart sobre la hegemonía histórica y política. Además el reconocimiento del estado-nación por encima de las culturas internas que tienen una relación diferente con el patrimonio que se valora es una situación de difícil discusión.

Lo que dicen Mattelart y Barbero acerca de la homogenización consecuente del modelo de globalización centralizado que se ha venido manejando es bastante complejo de debatir. Sin embargo, es posible considerar también que la historia de las culturas ha sido así;  desde siempre se han dado transformaciones culturales a través de medios de influencia y así también se crearon esas culturas que hoy, por estar subordinadas en el actual sistema, tienden a difuminarse cada vez más.  Adicionalmente,  en la actualidad los países que fueron colonias no pueden negar que su cultura ha mutado y que la transculturación de la que hablaba Fernando Ortíz en su ensayo "Contrapunteo cubano del tabaco y del azúcar" es inminente. 

Así pues, valdría la pena considerar que, como las variaciones interculturales siempre han tenido que ver con las relaciones de poder, el problema no es de los países que ejercen sus medios de influencia cuando se han ganado su derecho a hacerlo, sino de los países que no se han sabido organizar de manera tal que la balanza se estabilice y la transculturación se de en infinitas vías equilibradas y federales en vez de darse en una sola vía inevitable y totalitaria.

Es  también  importante considerar que si ésta transculturación ya se dió en la época de la colonia, el las guerras mundiales y en los fenómenos de adhesión de naciones pequeñas a las súper potencias, la identidad de las naciones pequeñas tiene en muy amplios sectores de la población, más que ver con las superpotencias que con las mini-culturas ancestrales presentes en su propio país. El colombiano promedio probablemente entienda y se sienta mas similar a un estadounidense que a un indígena Wayuu o Huitoto. Y esto no es necesariamente malo como se suele pensar desde el mojigato punto de vista de lo "políticamente correcto", simplemente es una consecuencia de la historia que ya no se puede retroceder y debe asumirse con responsabilidad e identidad.

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